viernes, 7 de agosto de 2009

Petroleras: mal ejemplo en comunicación y solución de conflictos

Por: Carlos O. Ruperti Vélez

Las empresas transnacionales y petroleras que funcionan en el Ecuador desde hace más cuarenta años en la extracción del oro negro, petróleo, en la zona amazónica, son el claro ejemplo de una deficiente organización corporativa cuya estructura está mal concebida, considerando varios aspectos por la forma como tratan el proceso de perforación desde los pozos y yacimientos hasta su transportación por medio de conductos hasta las terminales y destilerías. Y otra por la cantidad residuos que son diseminados en lugares adyacentes y cuyas consecuencias son nefastas para el hábitat y los seres humanos.

Son muy pocos, por no decir nadie, los medios de comunicación que se han hecho eco de las denuncias de las comunidades aborígenes y nativos de los lugares cercanos en donde están asentadas las transnacionales dando cuenta de los grandes desastres ecológicos y ambientales producidos por derrames involuntarios y provocados en grandes lagunas de petróleo y derivados cuando son separados y esparcidos a zonas que supuestamente no influyen en el entorno.

Al momento varias organizaciones aborígenes han presentado denuncias y mantienen juicios en contra de estas organizaciones en Londres, Inglaterra y Los Estados Unidos, a través de cortes internacionales para exigir sanciones e indemnizaciones apropiadas a los habitantes de estos lugares. Determinados a vivir en condiciones infrahumanas y poco asequibles al vivir del ser humano.

Son perceptibles todas las consecuencias que se han generado en aquello. Ahora analicemos lo que representan estas empresas y su visión con el lugar donde trabajan y producen el mineral necesario para la movilidad de los habitantes del mundo.

En realidad las empresas petroleras son grandes trust y consorcios con capital extranjero financiados por países de primer orden, en convenios con gobiernos como el nuestro donde se hacen arreglos y ajustes por la producción del oro negro; en su estructura ellos no miran el daño ecológico a los lugares donde trabajan; lo expresamos porque a través de la historia ningún pueblo amazónico del Ecuador que conozcamos se ha beneficiado de regalías o suministros económicos de estas empresas; la comunicación es muy deficiente, por no decirlo nula tanto con la prensa como con las organizaciones defensoras de las comunidades. He ahí un gran problema social. Peor lo será con la solución de conflictos.

Una característica propia e innata de sus públicos internos es no comunicar los intereses de la organización, aunque se conozcan en la sociedad, la difusión de mensajes es muy reducida, pobre, ni siquiera para reuniones o confraternizar con directivos. Lo enumerado para ejemplificar.

La política o norma laboral de estas empresas, sus características es sencillamente explotar el suelo y nada más; esa sería su visión el resto no le importa nada. En todo caso queda un mal precedente tanto para ellas como para quien las ampara o protege, el Estado, habría que hacer una reingeniería para cambiar la estructura y visión de cada una de ellas y su funcionamiento social.

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